El aceite de oliva, en particular el extra-virgen, es un alimento sano y genuino, típico de la dieta mediterránea. Sus beneficiosas propiedades son conocidas desde hace mucho tiempo, pero ahora, a la ya larga lista, se suma un beneficio adicional, el de promover la sensación de saciedad.
El secreto de este sabroso condimento que deberíamos consumir diariamente, estaría en algunas moléculas aromáticas que, precisamente, estimularían la sensación de saciedad, no sólo a nivel olfativo, sino también en el momento de la digestión.
Estas moléculas, de hecho, serían capaces de enlentecer la absorción de azúcar por parte del hígado, actuando simultáneamente sobre los niveles de glucemia, contribuyendo a reducirla de manera más lenta y, en consecuencia, haciendo que la sensación de hambre tarde más en presentarse nuevamente.
Todo esto es el resultado de un estudio, llevado a cabo en dos grupos de voluntarios por investigadores de la Universidad Técnica de Munich en colaboración con la Universidad de Viena.
Al primer grupo, junto con sus comidas normales, se les dio también hexenal (una de las sustancias aromáticas presentes en el aceite de oliva que puede estimular la saciedad); al otro no. Al final de la investigación, se encontró que el primer grupo había demostrado sentirse más satisfecho que el segundo.
El siguiente paso, dicen los investigadores, es utilizar aceite de oliva para crear productos que puedan saciar pero garanticen, al mismo tiempo, una baja ingesta calórica.