Los síntomas de la retención de líquidos se producen por lo general en forma de hinchazón y edema, manchas de la piel que pueden dar lugar – a veces – incluso a problemas graves. La causa principal es que es un trastorno del sistema linfático, que no actúa de la manera correcta, con la consiguiente dificultad de los riñones para eliminar el exceso de líquidos que el cuerpo excreta en el sistema circulatorio.
¿Dónde y cómo se experimentan los síntomas de la retención de líquidos?
En la mayoría de los casos, los síntomas de la retención de líquidos se presentan en partes específicas del cuerpo: abdomen, extremidades (manos y pies) y nalgas. En estas áreas, los líquidos son retenidos, y como resultado se presentan la hinchazón y el edema: las dificultades que se plantean no sólo son estéticas, sino que también afectan a la salud de quien padece este problema. Las partes afectadas, por regla general, se presentan más suaves al tacto y, a veces incluso se puede sentir la presencia de exceso de agua. En otras palabras, no es difícil identificar los síntomas de la retención de líquidos, que es un problema por desgracia, para nada invisible a los ojos.
Las fluctuaciones de peso, un agrandamiento excesivo y repentino del abdomen y una piel, que se hincha de forma inesperada están entre los síntomas más conocidos y comunes de la retención de líquidos. A veces, cuando se produce a nivel de los pulmones, también se advierten problemas de carácter respiratorios, ya que se produce un edema pulmonar.
En momentos en que los fluidos comienzan a acumularse, la persona afectada nota inmediatamente un cambio en su cuerpo: el rostro, las caderas, las piernas y los pies tienden a expandirse y se hinchan, visiblemente. No sólo eso, precisamente debido a la acumulación de líquido debajo de la piel, la propia piel se ve hinchada y rígida.
Dependiendo de las causas subyacentes de la enfermedad, estos síntomas pueden ser evidentes sólo por unos días, por semanas o incluso meses, por eso, es importante prestar mucha atención a las señales que se envían desde el cuerpo, en el sentido de que la hinchazón particularmente prolongada o extendido probablemente conduzca a una incomodidad o dificultad más o menos evidente en los movimientos.
La piel de naranja
Otro síntoma de la retención de líquidos que vale la pena no subestimar es la famosa piel de naranja: este evento no sólo es un problema estético, sino una verdadera llamada de atención. Tan pronto como la piel, cuando se pulsa, adquiere el aspecto de la piel de una naranja, hay que darse cuenta de que el organismo está luchando para deshacerse del exceso de líquidos, y que es indispensable poner remedio a esta dificultad.
Además, la retención de líquidos puede tener entre sus síntomas hinchazón abdominal, posiblemente acompañados de una pérdida – o al menos una reducción más o menos considerable del apetito.
¿Quiénes son más propensos a la retención de líquidos?
Este problema se presenta con mayor frecuencia en las personas con sobrepeso u obesas, que exigen esfuerzos excesivos a sus organismo: estas son las que corren más riesgo, ya que, al no expulsar el exceso de líquido pueden producirse problemas más graves, incluyendo edema de pulmón, con la posibilidad de dificultades para respirar.
Es importante prestar la máxima atención en casos de sufrir enfermedades del riñón, del hígado o del corazón: en estos casos,la retención de líquidos se produce con mucha frecuencia, y además, los fluidos excesivos tienden a colocarse en correspondencia con los órganos vitales.
Los peligros, en resumen, no son mínimos, y por esta razón la retención de líquidos debe ser identificada y tratada tan pronto como sea posible: el consejo de un médico, y, posiblemente, un nutricionista, es fundamental para identificar soluciones y tal vez medicamentos que deben adoptarse, para que la situación vuelva a la normalidad.
Por último, también es bueno saber que las mujeres embarazadas son particularmente susceptibles a la retención de líquidos. Síntomas como hinchazón de los pies, las manos y las piernas, por más que sea normales en este período de la vida, no deben ser subvalorados y descuidados: en el caso de que la retención de líquidos involucre otras partes del cuerpo, pueden comprometer y hacer más difícil el embarazo.