Hay muchas dietas disponibles para perder peso, ya sean pocos o muchos kilos; pero es esencial, no importa lo que se coma, combinar los alimentos y las bebidas de forma correcta para no tener que lidiar con problemas digestivos.
Muchos piensan que esta idea es sólo una nueva moda lanzada por algún dietista en busca de fama. De hecho no lo es. Ya en el siglo XII, el emperador chino que fundó la dinastía Ming, dijo que no se pueden «tragar» alimentos y bebidas de forma indiscriminada, sin saber si realmente están en armonía unos con otros. Es posible que este proceder tenga consecuencias desastrosas para los órganos internos, que pueden reaccionar violentamente y causar graves trastornos. Así que el hombre que quiere vivir en paz y durante muchos años, debe estar consciente de como combina la comida.
El Dr. William Hay, quien murió en 1940, a los 76 años, fue un pionero de este principio de nutrición y uno de los primeros en hablar de ello en el siglo pasado. Se conoce como la dieta del Dr. Hay y tiene en cuenta el hecho de que algunos alimentos tienen que ser digeridos en un ambiente ácido, y otros requieren enzimas alcalinas.
Los defensores de este método argumentan que una adecuada combinación de alimentos entre sí y entre éstos y las bebidas, mejora la función digestiva y la absorción de nutrientes, previniendo la hinchazón antiestética y otros trastornos digestivos, además de ayuda a eliminar los kilos innecesarios.
Los detractores insisten en que nuestro cuerpo es capaz de digerir los diferentes alimentos que desencadenan la producción de las enzimas digestivas que se necesitan para ser asimilados.
Los partidarios argumentan que es precisamente esta producción simultánea de diferentes enzimas lo que produce el problema, ya que al ser antagonistas, tienden a anularse entre sí sin que se pueda realizar la función de la que son responsables. En consecuencia se altera la digestión y la comida no se metaboliza regularmente, dando lugar a la fermentación y, en consecuencia, gases y la hinchazón. En casos graves se puede llegar a la desnutrición o la fatiga crónica.
A la larga, estos trastornos pueden llegar a ser crónicos y la digestión se ve afectada seriamente y pueden presentarse enfermedades como colitis, gastritis, o incluso úlceras o la enfermedad de Crohn.
No es la comida que ingemos lo que determina la cantidad de nutrientes que nuestro cuerpo asimila, sino lo que nuestro cuerpo puede digerir y metabolizar. Al igual que con cualquier otro descubrimiento, la única manera de comprobarlo es probando su validez.
Se han establecido reglas que indican cuales son las combinaciones correctas de alimentos. El principio a seguir es que se han estudiado las combinaciones que se digieren con mayor facilidad y las que tienen problemas porque se digieren en diferentes momentos.
Para arrivar a esta conclusión, se han realizado estudios de las enzimas que se producen durante el proceso digestivo, su papel, las reacciones químicas y todo lo que sucede cuando se combina con los alimentos que han sido ingeridos.
Es útil recordar que se deben:
– Comer frutas solas, lejos de las comidas
– No beber mientras se come para no diluir las enzimas responsables de la digestión
– Durante la misma comida no comer más de un tipo de proteína, es decir, la carne y el pescado no se mezclan entre sí e incluso tampoco el queso
– No combinar, en la misma comida, proteínas con carbohidratos o almidones
– Evitar incluso la combinación de proteínas y grasas
– Evitar también la unión de alimentos ácidos con proteínas o carbohidratos
– Consumir grasas con moderación.
Ingiriendo alimentos de acuerdo a las combinaciones correctas, se notará de inmediato una mejora de la digestión y por lo tanto también de la salud en general, ya que también se beneficiarán también el resto de los órganos. Siguiendo esta forma de alimentación, se beneficia en primer la nutrición, se elimina la fermentación y por lo tanto la molesta hinchazón debida a los gases.